Hoy te enseñaremos a descubrir si realmente estás comiendo por hambre o por alimentar tus emociones, para saberlo es importante que des respuesta a las siguientes preguntas:
¿Buscas comida cuando te sientes ansiosa pero no tienes hambre?
Si pasa que has tenido un mal día, ya sea que hayas pasado por una entrevista de trabajo donde el estrés se apoderó de ti, o te sientes irritado por que las cosas no salieron como las planeaste y de repente tienes un deseo repentino de hambre, entonces estás tratando de buscar consuelo para equilibrar tu malestar emocional.
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Cuando ocurre un problema, ¿lo evitas comiendo?
Tal vez tienes un limite para comer, dices: Comeré un solo bocadillo, y preciso estas en una discusión, corres a la nevera y sacas todo lo que puedes para calmar tu rabia y ansiedad con la comida.
¿Te golpea la culpa intensa después de comer un alimento que no deberías?
Este es una de las principales causas de comer emocionalmente, decides comer un pequeño trozo de torta y de repente viene la culpa de dañar la dieta, peor aun si tu apariencia física se ve arruinada. Para sobrellevar la situación, busca la comodidad de saber que hay más pastel y que si comes más, puede presionar el botón de reinicio y no volver a comerlo nunca más.