Te has preguntado alguna vez si te puedes comer unas hamburguesas estando a dieta, la respuesta es ¡por supuesto!, pero no todas las hamburguesas son permitidas… Si estás pensando en las de los locales de comida rápida, olvídate. Solo con eso puedes consumir de golpe hasta ¡900 calorías!
¡Las hamburguesas caseras son las mejores!
Mejor hazlas tú. Las procesadas suelen tener demasiada grasa y sal, pero si haces unas hamburguesas caseras puedes controlar la cantidad y calidad de los ingredientes. Por ejemplo, al comprar la carne elige la pieza que quieres (una con poca grasa) y pide que te la piquen. Y para reducir más la grasa, haz las hamburguesas de pollo o pavo.
En lugar de kétchup o mayonesa, usa tomate triturado natural, mostaza de Dijon, hummus o guacamole caseros. Si quieres queso, que sea bajo en grasa, pero mejor sustitúyelo por verduras a la plancha. Y en vez de patatas fritas, que sean al horno o ensalada.
¿Y qué pasa con el pan? Si puedes, que sea integral. O mejor suprímelo o come solo una mitad. Siempre puedes presentar la hamburguesa sobre un lecho de verduras o servirla entre dos mitades de tomate o dos hojas de lechuga.
Cualquier hamburguesa que se precie debe ser redonda, pero siempre manteniendo un tamaño razonable. Es decir, que pese unos 80-100 g o, si prefieres una referencia más visual, que no sea mayor que la palma de tu mano sin contar los dedos. Y, por supuesto, que tenga una sola capa de carne.
Alternativa vegana
Las hamburguesas vegetarianas suelen aportar menos calorías y grasa que las tradicionales y, en cambio, son ricas en fibra. Pero cuidado con las ya preparadas y envasadas; que sean vegetarianas no significa que sean sanas. A menudo tienen ingredientes de poca calidad y muchos aditivos y sal.
Recomendación:
Una buena forma de restarle grasa y calorías a tus hamburguesas (y, de paso, reducir el consumo de carne, que es lo más saludable) es sustituir parte de la carne que usas para hacerla por hortalizas (cebolla, champiñones, zanahorias… ). Además, así te quedarán más jugosas.