En la búsqueda de conseguir un abdomen plano muchas mujeres suelen recurrir a las famosas fajas, sin embargo el uso prolongado de estas prendas podría ocasionar lesiones en la piel, alteraciones en la columna vertebral o incluso la formación de coágulos. Esta obsesión por conseguir una cintura pequeña se popularizó en el siglo XVI cuando las damas de la realeza fueron las pioneras en usar corsés que al principio eran incómodas porque estaban hechas de metal pero con el tiempo se fueron perfeccionando para entallar la silueta. Una faja que se usa diario con demasiada compresión puede alterar el sistema linfático, causar flacidez y deformar la forma del cuerpo, entre muchos más.
Las fajas como cinturón grueso son las que presionan aún más los músculos abdominales y lejos de fortalecerlos originan la pérdida de tonicidad y flexibilidad ocasionando con el tiempo hiperlordosis, escoliosis, dolores en la parte lumbar y dorsal de la columna más si sufres de afecciones en los vasos sanguíneos. Los riesgos de padecer una trombosis son elevados para las personas con sobrepeso podrían padecer también de dolores por la presión en el nervio ciático además e lesiones dérmicas como ulceras, pues la presión que hace en las caderas altera la respiración.
1. Comprimes tus órganos:
Las fajas de cinturón se parecen tanto al corsé que hasta llegan a comprimir los órganos internos lo que puede llegar a provocar todo tipo de molestias. El torso alberga órganos vitales como los pulmones, el hígado, el páncreas, los intestinos, etc., que cuando se reduce extremadamente esa área deja de funcionar correctamente con la posibilidad de daños irreversibles.
2. Puedes tener gases o hinchazón:
Las personas con trastornos funcionales del intestino y colon irritable deben tener precaución al usar fajas porque generan un efecto mecánico compresivo sobre el abdomen lo cual causa hinchazón y gases molestos temporales. Por el momento no hay estudios que científicos que demuestren que el uso de faja genere reducción de peso corporal.
3. Puede darte un ITU o infecciones urinarias:
Las bandas compresoras ayudan a producir todo tipo de infecciones desagradables y aunque el sistema urinario está preparado para impedir el ingreso de invasores microscópicos, estas defensas fallan por las fajas. Cabe resaltar que las mujeres tienen más posibilidad de contraer enfermedades de ITU.
4. Causa de problemas gástricos y reflujo ácido:
Cuando comprimes el estómago usando una faja reductora constantemente conlleva a que el esófago, el colon y el sistema digestivo que son órganos que forman conexión en el abdomen, se perjudica las funciones de cada uno causando reflujo ácido.
5. Incontinencia en casos extremos:
El uso de una prenda demasiado ajustada y difícil de quitar puede retrasar la orina y al no ir al baño en el momento que se requiere perjudica el tracto urinario y se termina de originar la cistitis que es un daño irreversible. Pero si tienes este problema desde hace un tiempo atrás, es mejor que no las uses porque puede exacerbar la incontinencia de esfuerzo o fugas en personas que sufren problemas de vejiga.
6. Entumecimiento y hormigueo:
Las fajas pueden provocar que el nervio periférico en el muslo se comprime ocasionando la sensación de hormigueo, entumecimiento y dolor en las piernas a esta condición se le llama Meralgia parestésica.
7. Sufrir de la columna:
Con el uso permanente de banda se impide el funcionamiento muscular de la columna debilitándola con el paso del tiempo y perdiendo volumen lo que produce dolor de espalda, cervical y mala respiración. Ya no se mantiene una postura dinámica porque es inestable la parte lumbar.
8. Origina bacterias desagradables:
El uso prolongado de este producto puede generar afecciones en la piel porque al estar tan ajustado a la figura vas a sudar más y esta no podrá respirar. Ese sudor y humedad se convierte en un caldo de cultivo para las bacterias y resultarás teniendo molestias por provocar condiciones como la candidiasis bucal, manchas, bacterias y hongos.
9. Ocasionar hiperventilación:
Si realizas entrenamiento de cintura a través de estas prendas puede hacer que se reduzca la capacidad de los pulmones desde un 30% a 60%, al apretar tanto esta zona evita que el diafragma se dilate correctamente cuando se respira causando la hiperventilación. La falta de respiración o sofocamiento puede causar agotamiento, posibles desmayos, acumulación de líquido en los pulmones e inflamación y en casos extremos podría dejar de funcionar el sistema linfático.
10. Provoca venas varicosas y coágulos de sangre:
El efecto de meralgia parestésica puede disminuir la circulación y conducir a la formación de cóagulos sanguíneos aún más en mujeres que son propensas a las várices por genética pueden tener más problemas vasculares e inchazón en los tobillos.
11. Aumenta la flacidez de la piel, la celulitis y los depósitos de grasa:
Al no dejar que el agua de nuestro cuerpo circule como debe ser, esta se deposita e inflama las células de grasa que se ubican entre la piel y el muslo generando irregularidades, puesto que es grasa acumulada en sitios notorios como en la espalda, donde la faja deja las marcas y generando ese gordito que sale al lado del busto. Por ende, no se terminan eliminado algunos desechos del metabolismo que requieren ser expulsados por medio de agua haciendo que las células que producen colágeno mueran y llegue la flacidez.
12. Problemas de estreñimiento:
El tracto digestivo también se ve afectado, añadiendo que cuando los intestinos como el colon están apretados por un largo periodo de tiempo se produce bloqueo de la digestión produciendo estreñimiento, malestar abdominal, hinchazón y gases.