Este es un tipo de dieta que promete aliviar diferentes síntomas en el cuerpo, como lo es el dolor abdominal, los gases, la inflamación, problemas con las deposiciones y sensación de que el comer te sienta mal. Por lo que se hace necesario eliminar cierto tipo de alimentos que podrían estar siendo mal tolerados. Por lo que el artículo de hoy está orientado a brindar un poco de información al respecto.
La palabra FODMAP es el acrónimo de un conjunto de carbohidratos fermentados como fructanos, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles que en la digestión provocan un aumento en la cantidad de gases, así como líquido en el intestino. Aunque estos componentes son beneficiosos en personas sanas, puede ser perjudicial en quienes presentan algunos problemas de salud.
¿En qué consiste esta dieta?
Como se mencionó anteriormente, esta dieta se basa en eliminar alimentos que no son bien tolerados por el cuerpo de personas que sufren síndrome de intestino irritable. También permite en el alivio de algunos síntomas en personas con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. Por ello es importante implementar este tipo de alimentación, bajo la recomendación médica, siendo guiada por un endocrino o nutricionista.
Ya que tiende a excluir y limitar el consumo de alimentos ricos en fibras prebióticas que benefician la microbiota intestinal. Incluso aún teniendo síndrome de colon irritable, el primer paso recomendable es adoptar hábitos saludables, como el comer en horarios regulares, evitar alimentos ultraprocesados. También evitar comidas abundantes y el exceso de bebidas alcohólicas.
¿Qué personas pueden realizar esta dieta?
Las evidencias científicas recomiendan el uso de esta dieta a personas con síndrome de intestino irritable. También puede ser beneficioso en algunos casos de enfermedad inflamatoria intestinal, incluso en patologías como la fibromialgia. Sin embargo debe ser bastante cuidadosa al emplear este tipo de alimentación en estas situaciones.
Cómo la hinchazón abdominal o la diarrea son síntomas frecuentes en la población, siendo la causa a diferentes factores. No en todas las situaciones es indicado tomar este tipo de cambios en la alimentación como una solución a dichas dolencias. Lo recomendable es acudir al médico para el adecuado diagnóstico y así descartar patologías crónicas como enfermedad celíaca o mala absorción de sales biliares.
Fases de la dieta
Este tipo de alimentación presenta algunas bases, la primera es la de eliminación, que ocurre de 2 a 3 semanas en donde se evitan algunos alimentos que pueden desencadenar problemas, aquí se evalúa si esta decisión provoca mejoras en los síntomas. Después de eliminar alimentos que comúnmente provocan problemas, estos se van introduciendo poco a poco, con el fin de saber cómo el organismo de la persona reacciona a su consumo.
Finalmente sabiendo que es lo que tolera y que no, se puede dar las pautas para una alimentación, en donde sea tan completa como el organismo lo permita, tratando de prescindir de poco alimentos. Ya que la buena nutrición, en especial de la fuente de carbohidratos fermentables como las frutas y las verduras, mejoran el estado de salud.
¿Cómo podría ser la alimentación?
Alimentos a evitar
Estos no son algunos de los que se consideran poco tolerables por el organismo, por ejemplo el arroz integral, cebada, boniato y derivados, centeno y derivados, kamut y derivados, trigo y derivados, legumbres, lácteos y sus derivados, ajo, alcachofa, brócoli, cebolla y similares. La col, coles de bruselas, coliflor, champiñones, espárragos, puerros, remolacha, guisantes, repollo, setas.
También carnes procesadas y embutidos que contengan lactosa, gluten, palitos de cangrejo, seitán. En cuanto a las frutas está el aguacate, albaricoque, caqui, cerezas, ciruelas, chirimoya, granada, higos, mango. También manzana, melocotón, membrillo, mora, pera, pomelo, sandía, frutas desecada, anarcos, pistachos y dulces, pero ello depende de cada persona.