El yoga es una antigua práctica que ha sido utilizada por miles de años para mejorar la salud del cuerpo y la mente. Es una forma efectiva de reducir el estrés y mejorar la concentración, pero también puede ser una herramienta poderosa para tonificar el abdomen y adelgazar la cintura a través de diferentes posturas y movimientos específicos. Esta disciplina es una forma de ejercicio completa que se enfoca en el equilibrio entre el cuerpo y la mente, pues al practicarla regularmente se puede mejorar la flexibilidad, la fuerza y la estabilidad y al mismo tiempo trabajar en diferentes áreas del cuerpo para mejorar la salud.
Esta es una manera de hacer ejercicio suave y accesible para personas de todas las edades y niveles de físico distintos, lo que lo hace una opción atractiva para aquellos que buscan una forma efectiva de adelgazar la cintura y tonificar el abdomen. Deshacerse de la grasa y fortalecer los músculos abdominales puede ser un desafío, pero se puede lograr con una combinación de ejercicios específicos y una dieta adecuada, por eso aquí te presento 5 posturas de yoga que pueden ayudarte a tonificar el abdomen y adelgazar tu cintura.
1- Dhanurasana (postura del arco):
Esta postura es una excelente forma de fortalecer la espalda, los hombros y las piernas, así como de estirar la columna vertebral y mejorar la digestión. Al adoptar esta postura, se estira el pecho y la parte superior de la espalda, lo que puede aliviar el dolor de esta y mejorar la postura. Además de esto, también ayuda a mejorar la circulación sanguínea y la digestión previniendo problemas de estómago y reduciendo la hinchazón.
- Acuéstate boca abajo con la barriga pegada a la estrella.
- Desde allí doblan las piernas hacia arriba para acercar el talón a los glúteos.
- Agarra tus empeines con las manos para abrir el pecho.
- Soporta unos segundos con la mirada al frente y descansa.
2- Pavanamuktasana (postura del viento):
Este ejercicio es una excelente forma de aliviar la flatulencia y mejorar la digestión, además, también fortalece los músculos abdominales y puede ayudar a reducir la grasa en esa zona. Aparte de estirar los músculos de la espalda y las piernas mejorando la flexibilidad y la postura.
- Acuéstate boca arriba sobre una colchoneta e inhala profundamente y levanta una rodilla hacia el pecho.
- Envuelve tus brazos alrededor de la rodilla y junta los dedos .
- Puedes entrelazar los dedos o mantenerlos en los codos del brazo opuesto.
- Al mismo tiempo exhala para levantar la cabeza y lleva la barbilla hacia el pecho.
3- Navasana (postura del barco):
Esta postura es un excelente ejercicio para fortalecer los músculos abdominales y mejorar la estabilidad y equilibrio lo que puede ayudar a prevenir lesiones y mejorar la postura.
- Siéntate en una esterilla con la espalda recta y las piernas extendidas.
- Luego empuja suavemente hacia atrás y eleva las piernas poco a poco hasta que queden lo más arriba posible.
- Extiende los brazos hacia adelante apoyándote únicamente de los glúteos.
- Al principio puedes apoyarte de las manos dejándolas atrás de tu espalda y a medida que tengas las piernas rectas puedes extender los brazos y hacia adelante.
- Es importante que durante la postura mantengas el cuerpo súper tensionado para mantener mejor la estabilidad.
4- Kumbhakasana (postura de la plancha):
Con esta postura fortalecerás los músculos del torso, los brazos y las piernas mejorando la postura y estabilidad en el cuerpo.
- Inicia apoyándote boca abajo sobre las palmas de las manos y la punta de los pies.
- Estira las piernas a lo largo y extiende los brazos para quedar en posición de plancha.
- Tensiona los músculos del abdomen y mantén la mirada hacia abajo.
5- Bhujangasana (postura de la cobra):
Haciendo este ejercicio fortalecerás la espalda y los músculos superiores de esta mejorando a su vez la flexibilidad de la columna vertebral.
- Túmbate boca abajo con las piernas estiradas y unidas. Coloca las manos en el suelo, a la altura de tus axilas y pon los dedos apuntando hacia adelante.
- Estira los brazos para que queden perpendiculares al suelo. Inspira y levanta ligeramente la cabeza estirándote tanto como puedas hasta sentir una ligera presión en la nuca como si quisieras tocar la espalda con tu coronilla.
- Mantén esta posición unos segundos y al espirar desciende lentamente manteniendo la mirada dirigida hacia arriba.