Si alguna vez has estado en una dieta, seguramente sabrás que la fórmula más común para perder peso es reducir el consumo de calorías. Sin embargo no es lo único que puede ayudarte a mantener un peso saludable, existen otra forma incluso más exitosa para alcanzar tus propósitos. Esto es precisamente de lo que hablaremos en esta ocasión.
De acuerdo con estudio publicado en JAMA o Journal of The American Medical Association, se afirmó que aquellas personas que reducían el consumo de azúcar agregada, granos refinados y alimentos muy procesados. Así como aumentaban el consumo de verduras y alimentos integrales sin preocuparse por estar contando calorías, lograron perder peso en un año.
Esta investigación apoya la idea de que calidad es mejor que la cantidad, siendo lo que verdaderamente ayuda a las personas a perder peso de forma fácil a largo plazo. Es decir que no es necesario que te obsesiones con las calorías y en su lugar evites alimentos como el pan blanco y harina refinadas. También los bagel, bebidas azucaradas y bocadillos.
¿En qué consistió el estudio?
Esta nueva investigación dirigida por Christopher D. Gardner, director de estudios de nutrición del Centro de Investigación de Prevención Stanford fue realizada en más de 600 personas. En donde en compañía de sus colegas diseñaron un estudio para comparar cómo les iría a aquellas personas con sobrepeso y con dietas bajas en carbohidratos, así como en grasas.
De igual manera querían corroborar la hipótesis señalada por estudios anteriores. En donde se afirma que algunas personas están predispuestas a obtener mejores resultados gracias a su genética y la capacidad para metabolizar grasas y carbohidratos.
¿Cómo se realizó el estudio?
La Investigación incluyó adultos del área de la bahía en estados unidos, en donde se dividieron 2 grupos de dietas denominados, “Saludables” bajos en carbohidratos y “saludables” bajos en grasas. Cada grupo asistió a clases con dietistas para que fueran capacitados en consumir alimentos integrales, poco procesados, ricos en nutrientes y cocinados en casa. En este estudio no se estableció límites de carbohidratos, grasas o calorías demasiado restrictivos. Sólo se enfatizó en comer alimentos reales y enteros hasta el punto en el que eviten sentir hambre .
Aunque por ejemplo el pan blanco, el arroz blanco, los jugos de frutas y las magdalenas son alimentos bajos en grasa. Al grupo bajo en grasa se le dijo que debía evitar este tipo de alimentos y en su lugar consumiera cebada, avena, arroz integral, lentejas, carnes magras, quinoa, fruta fresca, legumbres y lácteos bajos en grasas. Mientras que al grupo bajo en carbohidratos debía elegir alimentos nutritivos como salmón, aguacate, aceite de oliva, verduras, nueces, semillas, quesos duros y alimentos de animales criados con pasto. De igual manera ambos grupos deberían realizar actividad física.
¿Cuáles fueron los resultados?
De acuerdo con el Dr. Gardner las personas informaron que el estudio había cambiado la relación que tenían con la comida, ya que lo no hacían en los autos o frente a las pantallas. Lograban cocinar en casa y reunirse en la mesa con los familiares. Todo esto debido a que se les insistió que consumieran alimentos de calidad, que no compraran ese brownie solo por que dice bajo en grasa o esos chips que dicen bajos en carbohidratos.
En promedio los participantes del grupo bajo en carbohidratos perdieron alrededor de las 13 libras al cabo de un año, mientras que los del grupo bajo en grasas perdieron cerca de 11,7 libras en el mismo periodo. Aparte se evidenció mejoría en los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial, la grasa corporal y el tamaño de la cintura.
¿Qué ocurrió con la genética?
Los investigadores le sacaron muestra de ADN a cada uno de los participantes, independientemente del grupo en el que estuviera. Analizaron un grupo de variantes genéticas que influyen en el metabolismo de las grasas y los carbohidratos, sin embargo los genotipos de las personas no parecieron influir en las dietas, aunque hace falta investigaciones a profundidad.
De acuerdo con el Dr. Walter Willett quien presidente del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. El mensaje más importante que arroja el estudio es como la dieta de calidad lograba pérdidas de peso significativas, sin pensar todo el tiempo en el porcentaje de calorías proveniente de las grasas o los carbohidratos. Lo que también es respaldado por otros estudios.
Para concluir
No es que las calorías dejen de importan por completo, pues al final del estudio los participantes terminaron consumiendo menos calorías sin ser conscientes de ello. Lo que pasa es que lo hicieron enfocándose en alimentos nutritivos que a la vez saciaran su hambre.