Si alguien ha pasado por la adolescencia sin conocerlo, ha sido muy afortunado, pero no es lo usual. Todos hemos experimentado de cierto modo los inconvenientes del acné.
Aunque cueste verle como una enfermedad, por lo habitual y cotidiano que es, el acné es una enfermedad de la piel que se caracteriza por manifestarse en forma de erupción, tanto en la cara, como el pecho y la espalda. Se produce cuando las glándulas de grasa de la piel ,por causas desconocidas se bloquean, permitiendo que la grasa se estanqué. Así, la grasa comienza a infectarse por la acción de una bacteria muy habitual en las glándulas antes mencionadas.
Durante la adolescencia, sus manifestaciones normalmente se agudizan a causa de los cambios en las hormonas sexuales, que juegan un papel fundamental, aumentando la frecuencia del proceso.
Por tanto, y aunque muchos suelen creer lo contrario, el acné no es causado por falta de higiene o por otos mitos que andana la vuelta, deambulando en el discurso popular. Como por ejemplo, una frecuente masturbación. El acné se produce por ese proceso normal (que describimos anteriormente), en que las gandulas de la piel se bloquean.