Las enfermedades del estómago son bastante comunes y sus causas son variadas, pues algunas pueden relacionarse con las emociones, como es el caso de la gastritis nerviosa. Esta es provocada por la inflamación de la mucosa que recubre el estómago, lo que genera un grupo de síntomas bastante molestos. La diferencia con otros problemas de salud son los niveles elevados de estrés, ansiedad o frustración, por suerte existen algunas formas de tratarla. Por lo general los tratamientos se enfocan en tres aspectos, que son acudir con un profesional para obtener la ayuda médica necesaria, la gestión de las emociones y ciertos cambios en el tipo de dieta.
Síntomas de la gastritis nerviosa
Estos síntomas se encuentran relacionados con otros de los trastornos de la mucosa estomacal. Además, se debe tener en cuenta que la gastritis puede ser aguda al ocurrir de repente o llegar a crónica al durar años sin recibir tratamiento. Aunque el malestar puede variar de persona a persona, estos son los más comunes:
- Dolor Abdominal: Es uno de los síntomas más notorios y que en presencia de mucho estrés puede volverse intenso, lo que interfiere con las actividades que esté realizando en el momento.
- Pesadez y Acidez: La primera se describe como si todos los alimentos ingeridos se mantienen por más tiempo en el estómago, esto se relaciona con una mala digestión. Mientras que la segunda se trata de una sensación de quemazón en el sistema digestivo y se vuelve más desagradable en los picos de estrés.
- Náuseas y eructos: Debido a que la comida no se digiere de manera correcta, muchas personas con gastritis nerviosa pueden experimentar eructos y náuseas de forma frecuente.
- Pérdida de apetito: Las personas con este trastorno a menudo sienten que su apetito ha disminuido, por lo que las cantidades de comida son menores en cada día y esto afecta más el bienestar.
- Otros síntomas: También se puede presentar heces de color oscuro, vómitos, ardor en el estómago y en general malestar en esta parte del cuerpo.
Tratamiento
Lo primero que deberías hacer es evitar los productos de venta libre, ya que muchos ofrecen alivio temporal o pueden llegar a agravar la situación. Siempre busca ayuda médica, ya que es quien te indicará un medicamento seguro y efectivo. Para combatir esta enfermedad debes apuntar a encontrar un equilibrio entre cuerpo y mente.
Cuida de tu salud emocional
Está claro que un exceso de estrés, ansiedad o preocupación aumenta la producción de ácidos gástricos y daña la mucosa digestiva. Si los problemas emocionales subyacentes se alivian, lo más probable es que los síntomas de la enfermedad disminuyan, de lo contrario se volverá crónico.
Puedes acudir con un especialista para terapia psicológica o buscar técnicas que promuevan la relajación, de manera que el estrés no se apodere de tu vida. Algunas opciones son la meditación, practicar yoga, dedicar espacios en los que puedas disfrutar de la naturaleza o incluir un deporte que te genere interés. Tampoco te olvides de darle a tu cuerpo el descanso que tanto necesita para recargarse y así iniciar con más energía.
Sigue una dieta saludable
Es importante que incluyas en todos tus platos alimentos nutritivos, como vegetales, frutas, pescado, carne magra y buena hidratación. Otros de los productos a incluir son aquellos con probióticos, ya que mejoran la digestión gracias al contenido en bacterias beneficiosas. Por otro lado, debes limitar los alimentos muy procesados, que se encuentran en gran variedad en los supermercados, los ácidos y picantes. También reduce la ingesta de alcohol.
Evita la comida muy fría o caliente, mastica bien los alimentos, trata de disfrutar de cada plato. Cocina de forma sencilla, ya sea cocido, al vapor o a la plancha. Cuida del exceso de sal, los condimentos, las salsas y trata de cenar dos o tres horas antes de acostarte. Además del agua puedes incluir algunas infusiones suaves.
