Por la mañana, la insulina actúa efectivamente, la insulina es la encargada de trasladar la glucosa sanguínea a los músculos. Por eso, cuando ingerimos hidratos de carbono por la mañana, una fugaz elevación de la insulina introduce el azúcar en los músculos, aumentando la energía y no la grasa de reserva. Por este motivo, las harinas y los dulces ingeridos en la mañana no engordan. El consumo de carbohidratos por la mañana aumenta la serotonina cerebral, reduciendo la ansiedad por los dulces que a veces sentimos al atardecer.
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En la noche, el organismo responde menos a la acción de la insulina. Por eso, cuando se comen azúcares o harinas de noche, la insulina tiene que elevarse mucho más, y como no puede trasladar los azúcares a los músculos, los desvía hacia la grasa de reserva, el tejido adiposo. De noche, al comer carbohidratos, engordamos pero no aumentamos la energía, porque en las noches la insulina es poco eficiente.
- No coma carbohidratos complejos después de las 6 de la tarde o cuatro o cinco horas antes de ir a acostarse. Así de sencillo.
- Fíjese que no es complicado, y que en ningún momento se recomienda eliminar los carbohidratos por completo de su dieta, eliminar el carbohidrato de su dieta es muy negativo para su cuerpo, y le hará ganar el doble de peso a futuro.