La presión arterial alta o hipertensión, es una enfermedad en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es tan alta como para causar diferentes problemas en la salud, como el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular. También pueden pasar años sin tener algún síntoma, pero el daño a los vasos sanguíneos y tu corazón se sigue presentando. Por suerte, puede detectarse en una consulta médica de rutina o por lo menos cada 2 años después de cumplir los 18.
Existen diferentes factores de riesgo a la hora de presentar esta enfermedad, como la edad, antecedentes familiares, sobrepeso u obesidad, no realizar ningún tipo de actividad física. Incluso el fumar y masticar tabaco, demasiado sodio y poco potasio en la dieta, excederse con las bebidas alcohólicas y niveles altos de estrés. Tener ciertas condiciones de salud crónicas, entre ellas la diabetes, apnea del sueño y enfermedad renal. Recuerda que entre más alta sea la presión arterial y más tiempo pase sin controlarse, mayor será el daño que ocasione en tu organismo.
¿Cómo disminuir tu presión arterial?
Realizar algunos cambios en tu estilo de vida actual ayudará a disminuir el riesgo de padecer problemas de salud. Empieza por realizar 30 minutos de actividad física al día. De acuerdo con la Clínica Mayo, esto reduce la presión arterial en 5 mm Hg y 8 mm Hg. Pero debes ser constante, de lo contrario puede volver a subir. Además es una forma de combatir la obesidad que también es uno de los factores de riesgo.
Ejercicio: algunas opciones son caminar, montar en bicicleta, nadar y bailar. Prueba con entrenamientos por intervalos de alta intensidad, en donde se alternan periodos de actividad intensa con aquellos más ligeros de recuperación. El entrenamiento de fuerza también ayuda a mantenerse en condiciones saludables, intenta incluirlo al menos 2 veces por semana. A medida que aumenta la frecuencia cardíaca y la respiración, con el tiempo el corazón se fortalece, logrando bombear con menos esfuerzo, lo que ejerce menos presión sobre las arterias.
Lleva una alimentación saludable: esto implica consumir cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasas. Revisa las etiquetas de los alimentos para que reduzcas el consumo de azúcar y sal, así como de grasas saturadas y el colesterol. Trata de llevar un diario de alimentos para que seas más consciente de cuánto, cuándo y el por qué de lo que consumes.
Reduce el consumo de sodio: Para ello evita los alimentos procesados y usa más las hierbas y las especias para proporcionar sabor. Ve reduciendo poco a poco las cantidades hasta que tu paladar se acostumbre, en lugar de experimentar cambios repentinos que pueden ser más difíciles de mantener. También intenta limitar la cafeína, alcohol y tabaco.
Prueba el yoga o la meditación: son métodos útiles para reducir el estrés, solo requieren de unos minutos al día dedicados a concentrarte en la respiración y algunas posturas. ¡Tu mente y cuerpo te lo agradecerán!. Otra opción es realizar alguna actividad que te guste y genere placer, ya sea pintar, escuchar música, leer o rodearte de la naturaleza.
Recetas de batidos
Incluir un batido a tus hábitos alimenticios saludables es una gran opción, ya que están cargados de alimentos nutritivos como son las verduras y las frutas que benefician tu salud, Disfrútalos en tu desayuno o merienda.
1-Batido de fresas y arándanos
Preparación: contiene potasio proveniente de los plátanos y las espinacas, este mineral ayuda a reducir los efectos del sodio en tu cuerpo. Necesitas agregar a la licuadora 1/2 taza de zumo de naranja, 1/4 taza de yogurt de vainilla, 1 plátano, 1/2 taza de fresas congeladas, 1/4 taza de arándanos y un pequeño puñado de espinacas frescas. Una vez esté suave, sirve y disfruta.
2-Batido de piña y col rizada
Preparación: Las piñas son una buena opción para prevenir muchos problemas de salud debido al contenido en potasio, vitamina C y una enzima digestiva llamada bromelina. Agrega a la licuadora 1 taza de col rizada, 1 taza de agua de coco sin azúcar, 1/2 naranja pelada, 1/4 pepino pelado, 1 taza de piña y 1/4 de limón pelado. Usa al menos una fruta congelada para mejorar la consistencia y beber frío. De igual manera puedes cambiar la col rizada por espinaca para que el sabor no sea tan fuerte.
