Seguramente, muchas de nosotras no prestamos atención al cuidado del cuello o pasamos por alto las necesidades que tiene, pero al igual que el rostro o el resto del cuerpo, este también necesita que lo estemos hidratando constantemente, que le apliquemos alguna mascarilla para mantener su piel suave, limpia y firme, e incluso que hagamos ejercicios para tonificarlo.
Puede que nunca se te haya pasado por la cabeza que puedes hacer ciertos ejercicios para tu cuello, pero si tienes papada, la piel flácida o grasita acumulada en algunas partes del cuello, esta es la mejor alternativa para tonificar esta parte de tu cuerpo sin gastar dinero en cremas o geles costosos, pues solo basta con incluir los siguientes tres ejercicios a tu rutina diaria de ejercicio y ya está, puedes lucir un cuello hermoso o despedirte de la incómoda papada.
1-El ejercicio de la “O”
El ejercicio de la “O” le aporta 3 beneficios importantes a tu cuello, el primero es que mejora la flexibilidad del mismo, el segundo es que disminuye la papada y el tercero es que ayuda a combatir la flacidez del rostro.
¿Cómo hacerlo?
Te sientas sobre una silla con la espalda recta, estiras el cuello mirando hacia arriba lo más que puedas y luego tu boca hará la forma del sonido de la “O”. Puedes hacerlo durante 3 segundos y bajas, y como este harás 10 repeticiones.
2-Mentón al hombro
Este ejercicio te ayudará a tonificar y fortalecer el cuello, te darás cuenta que es como hacer abdominales con esta zona del cuerpo.
¿Cómo hacerlo?
Vas a seguir sentada sobre una silla con la espalda recta, vas a mirar al frente y luego vas a girar la cabeza al lado derecho, cuando lo hagas vas a tocar el hombro con el mentón. Después vuelves a la posición inicial, hacer el mismo ejercicio del lado izquierdo y cuentas 15 repeticiones por cada lado y 2 series de las mismas.
3-Masaje en el cuello
Con la ayuda de tus manos y este ejercicio no solo vas a tonificar la zona del cuello sino que también ayudarás a activar la circulación de esta área.
¿Cómo se hace?
En la misma posición, sentada en la silla, vas a tocar tu cuello con ambas manos, con los dedos exactamente abajo del mentón. Al inhalar vas a deslizar los dedos hacia atrás, llegando a las orejas, y al exhalar vas a volver a deslizar los dedos hasta el centro, es decir la posición inicial en la que estaban. Puedes hacer este ejercicio en 10 repeticiones y en la mitad lo harás con la mano completa y llevando las dos manos hacia atrás del cuello.