El yogurt griego consiste en la fermentación bacteriana de la leche, mediante microorganismos vivos conocidos como probióticos los cuales son añadidos a la leche pasteurizada. Este cultivo de bacterias consume el azúcar de la leche o lactosa excretando ácido láctico, el cual permite la coagulación de la leche. Este proceso de fermentación es permitido hasta que se alcanza la acidez deseada. El producto final contiene la grasa, vitaminas y minerales de la materia prima original y solo de una a dos terceras partes de la cantidad de lactosa que se encuentra en la leche por lo que se vuelve un alimento más fácilmente digerible y más conveniente para personas con intolerancia a la lactosa.
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- Proteínas
- Lípidos
- Carbohidratos
- Vitaminas A y B
- Minerales
Sus principales beneficios:
Es bueno para la digestión: Este yogur es muy fácil de digerir debido a que contiene menos hidratos de carbono que el resto de los yogures.
Excelente fuente de calcio: Esto significa que nos ayuda en la prevención de enfermedades óseas y permite que estos absorban mejor los nutrientes, además de regular el sistema nervioso y muscular. Por esta razón cuando hay deficiencia de este mineral se producen los llamado calambres o adormecimientos de los dedos, así como irregularidades cardíacas.
Ayuda en la pèrdida de peso: Por lo general, el yogur griego es más bajo en grasa que el resto, además de aportar grandes cantidades de proteínas.
Reduce los niveles de colesterol: Este contiene Lactobacillus Acidophilus, una bacteria beneficiosa que actúa contra la síntesis endógena del colesterol malo (LDL).
Dicha bacteria reduce las sustancias que pasan por el torrente sanguíneo. De esta manera, cuando llegan al hígado, ya no se forma la misma cantidad de colesterol.