Obtener un vientre plano no es algo que ocurra de la noche a la mañana, pero tampoco se debe considerar una tarea imposible de realizar. Es un proceso que requiere cambios importantes en tu nutrición y estilo de vida actual, pues no existen curas milagrosas. Se trata de un conjunto de decisiones que beneficien a tu cuerpo tanto en la apariencia como en tus condiciones de salud. Lo que sí puedes hacer de forma más sencilla es reducir la hinchazón al evitar ciertos alimentos, como los productos lácteos, legumbres y verduras crucíferas. Al adoptar estos 3 consejos básicos que verás a continuación y el ser disciplinado en el momento de cumplirlos en la cotidianidad, lo más seguro es que logres alcanzar los objetivos propuestos.
1-Controla tus hábitos alimentarios
No puedes esperar transformar tu cuerpo sin que la alimentación de calidad esté presente, esa es la clave para que tu abdomen llegue a estar plano. Es fundamental deshacerse de los alimentos procesados, la comida rápida o chatarra y los refrescos. Así como cualquier producto que tenga exceso de azúcar y sodio, recuerda que muchas veces se encuentran escondidos, por lo que debes tener en cuenta revisar las etiquetas de lo que llevas a casa. Elige alimentos integrales como verduras, frutas, carnes magras y grasas saludables para el corazón.
Por fortuna, en la actualidad existe una gran variedad de ideas cuando se trata de crear platos deliciosos pero a la vez balanceados, que generan saciedad, son llamativos y saludables. No tienen que ser aburridos y pasar hambre en dietas demasiado restrictivas, se trata de aprender alimentarse sin poner en riesgo tu bienestar. A esto súmale otros hábitos como el beber abundante agua para evitar hinchazón adicional e impulsar tu metabolismo. También dormir lo suficiente durante la noche, limitar el alcohol y controlar tus niveles de estrés.
2-Concéntrate en entrenamientos intensos para todo el cuerpo
Es muy difícil conseguir los abdominales que tanto anhelas a través de ejercicios específicos en esta zona si existe una capa de grasa en medio. Empieza por realizar entrenamientos en los que puedas trabajar varios grupos musculares al mismo tiempo, lo que termina en más calorías quemadas y grasa corporal total pérdida. Lo ideal es que lo hagas a un nivel más desafiante y sin pasar horas en un gimnasio.
Por ejemplo el HIIT o entrenamiento de intervalos de alta intensidad es una gran opción, puedes correr, saltar, andar en bicicleta o realizar un grupo de ejercicios de forma vigorosa con un breve descanso. Es decir que implica ráfagas cortas de un movimiento intenso alternadas con periodos de recuperación a un ritmo moderado. Por lo general tendrá una duración de 10 a 30 minutos. Pero si eres principiante también puedes darle un cambio a tu rutina al caminar a un paso ligero al menos de 30 a 40 minutos cada día.
3-Fortalece tu núcleo
Realizar ejercicios que se enfocan un poco más en esta zona son el complemento perfecto para tener una fórmula ganadora. Entre los que se destaca el plank, plancha o tablón, es un movimiento básico pero efectivo que te permite fortalecer el core al trabajar varios de los músculos que allí se encuentran. Cuanto tu núcleo está fuerte, así mismo estará en forma todo tu cuerpo, ya que mejora el equilibrio, trabaja espalda, pecho y piernas.
De igual manera existen variaciones de este ejercicio para probar y aumentar la intensidad durante cada entrenamiento. Verás que a medida que pase el tiempo te sentirás más seguro sobre tu figura. Otros ejercicios para incluir son: el crujido de bicicleta, abdominales de pie, la postura del barco, el alpinista, crunch inverso y giro ruso, la mayoría no requiere equipo especial y se realizan desde cualquier lugar.