Tanto el ejercicio aeróbico como el anaeróbico son excelentes formas para mejorar la salud física y mental, pero cada uno lo hace de diferentes maneras. Todo depende de la intensidad, el tiempo que requieren y como se obtiene la energía. Es por ello que en esta ocasión hablaremos acerca de las diferencias entre estos tipos de ejercicio, algunos ejemplos y cuáles son sus grandiosos beneficios, siempre que se tenga en cuenta la buena alimentación y la correcta hidratación. También asegúrate de calentar al iniciar y de enfriar al terminar una rutina.
Diferencia entre el ejercicio aeróbico y anaeróbico
Los ejercicios aeróbicos son un tipo de acondicionamiento en donde la frecuencia cardíaca y respiratoria aumenta durante un tiempo prolongado. Algunos de los ejemplos son caminar rápido, correr, natación o montar en bicicleta. Mientras que los ejercicios anaeróbicos se realizan con el máximo esfuerzo en corto tiempo, como es el sprint o carreras de velocidad y el levantamiento de pesas. Entonces, los ejercicios aeróbicos tienden a ser rítmicos, más suaves y de mayor duración, en cambio los anaeróbicos son ráfagas cortas de actividad intensa.
En el ejercicio aeróbico se requiere del oxígeno para generar energía. La frecuencia cardiaca y respiratoria aumentan para llevar oxígeno a los músculos del cuerpo. En el ejercicio anaeróbico se requiere de energía inmediata, por lo que el cuerpo depende de las fuentes de energía almacenadas en lugar de oxígeno para alimentarse. El primero te puede ayudar con la resistencia, el segundo con aumentar la masa muscular y la fuerza.
Beneficios del ejercicio aeróbico y anaeróbico
Ambos ejercicios ofrecen grandes beneficios para el cuerpo. Te permiten controlar el peso, mejorar la salud cardiovascular y reducir el riesgo de diferentes enfermedades, ayudándote a vivir por más tiempo. El ejercicio aeróbico puede ayudarte a perder peso y no recuperarlo, reducir y controlar la presión arterial, aumentar la resistencia y disminuir la fatiga. También fortalece el sistema inmunológico y logra mejorar el estado de ánimo.
El ejercicio anaeróbico ayuda en la construcción de músculos. Así como a mantener la masa muscular a medida que se envejece y también a fortalecer los huesos. De igual manera permite quemar grasa y aporta un desafío mayor para quienes llevan mucho tiempo haciendo actividad física de forma regular y necesitan alcanzar nuevas metas. En un tipo de ejercicio duro para el cuerpo, por lo que no se recomienda para quienes son principiantes.
Si eres nuevo en el ejercicio lo mejor es comenzar lento y aumentar gradualmente el tiempo para reducir el riesgo de lesiones. Una buena forma es caminar 5 minutos e ir subiendo cada vez hasta que logres una caminata rápida de 30 minutos. Así empezarás a ejercitarte con los aeróbicos de una manera segura. Recuerda que siempre la mejor opción es informarse bien y buscar ayuda con un profesional en el tema para que se pueda crear un programa de entrenamiento de acuerdo con tu historial médico y los objetivos que se quieran alcanzar.
Ejemplos de ejercicios aeróbicos y anaeróbicos
Dentro del ejercicio aeróbico puedes encontrar actividades como trotar, caminar a paso ligero, zumba, subir las escaleras. También realizar vueltas de natación, el ciclismo, remo y entrenamiento elíptico. Mientras que los anaeróbicos incluyen el levantamiento de pesas, sprint, entrenamiento a intervalos de alta intensidad HIIT.
Recuerda que la recomendación para los adultos sanos es realizar al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico moderado. Debes hacerlo 5 días a la semana o 25 minutos de actividad aeróbica vigorosa 3 días a la semana. Además, puedes agregar entrenamiento de fuerza unas dos veces a la semana para que la rutina esté completa. Con la aprobación médica y la ayuda de un profesional en fitness puedes agregar ejercicios anaeróbicos a tu entrenamiento semanal de dos a tres veces. Pero dejando al menos un día de recuperación en el medio.