La balasana, también conocida como la postura del niño, es una posición de yoga simple pero poderosa que puede ofrecer múltiples beneficios para la salud. En este artículo, te explicaremos por qué deberías agregarla a tu rutina diaria y cómo hacerlo de manera correcta.
La balasana es una postura de descanso que se realiza en una posición arrodillada con las caderas apoyadas sobre los talones y el torso doblado hacia adelante. Esta postura ayuda a estirar la columna vertebral, las caderas y los muslos, y también puede ayudar a aliviar la tensión en los hombros y el cuello. Además, la balasana también puede ser útil para calmar la mente y reducir el estrés.
Para agregar la balasana a tu rutina diaria, comienza por arrodillarte en el suelo con las caderas apoyadas en los talones y el torso recto. Luego, exhala y dobla el torso hacia adelante, apoyando la frente en el suelo y extendiendo los brazos hacia adelante o colocándolos a lo largo del cuerpo. Mantén la postura durante unos minutos, respirando profundamente y relajando todo el cuerpo.
Recuerda que es importante prestar atención a tu cuerpo mientras practicas la balasana y no forzar la postura más allá de tus límites. Con el tiempo, puedes intentar alargar el tiempo de permanencia en la postura para obtener mayores beneficios.
Agrega la balasana a tu rutina diaria para experimentar los beneficios físicos y mentales de esta postura de yoga. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!