Independientemente de si eres felizmente casado o divorciado, ser padre indica que eres parte de un grupo de trabajo durante los próximos 18 años, aunque esta ardua labor dura toda la vida. Al tener hijos se desarrollan una serie de habilidades que de ninguna otra manera podremos haber adquirido, ni asistiendo a talleres, leyendo libros o cuidando a los hermanos menores.
Aunque siempre luchamos para ofrecerles lo mejor, algunos sucesos son inevitables, como lo es el divorcio. En cuanto a la crianza, esta se torna un poco difícil, ya que que cada progenitor es un mundo, con ideas diferentes con relación a la formación de sus hijos. Sumado a la idea de vivir en casas separadas y la necesidad urgente de adaptarse a ello para que todo pueda mejorar.
Encontrar un horario que funcione para todos
Antes de la llegada de los hijos, ya tenemos un horario y rutinas establecidas, pero como todo es un constante cambio, esta situación será diferente. Por ello trate conservar aquellas actividades que le gusten más, para incluirlas en su nuevo horario para que este se ajuste al momento.
Por ello es importante crear un horario de co-crianza que se ajuste a su vida actual y funcione en todos los sentidos, sin dejar aun lado la comunicación respetuosa con el otro. Dependiendo del trabajo de cada quien, en cuanto a horarios y flexibilidad. Por ejemplo, un padre se puede encargar de llevar o recoger a sus hijos, mientras el otro se encarga de las citas médicas, etc.
Demuestrale a sus hijos que son un equipo
El ejemplo es la clave para una paternidad compartida, si usted es respetuoso, puntual, responsable y está inmerso en la vida de sus hijos, todo fluirá mejor. Es importante demostrar que puede comunicarse, ponerse de acuerdo y tomar decisiones entre los dos. Es decir que no pase por encima de un padre, sin antes hablar con él.
Aunque en cualquier relación, las discusiones son algo que no se pueden evitar todo el tiempo, ya que cada persona es diferente. Es recomendable no enfrentarse delante de los niños, es mejor discutir sin involucrar a los pequeños. Trate de solucionar los inconvenientes de la manera más prudente posible, ya que entre más unidos los vean, el camino de la educacion sera mas facil.
Escuchar al otro también es la clave para una relacion de padres exitosa, sin importar las razones por las cuales se dio el divorcio, ambos deben trabajar en saber escuchar. Esto en relación a que le molesta o disgusta que hagan sobre la formación de los hijos, establecer reglas bien definidas, ponerse en el lugar del otro para saber cómo se siente (empatia).
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Compartir las responsabilidades
El hecho de estar separados y los niños vivan más tiempo con un padre que con el otro, no quiere decir que todo el peso debe caer sobre el. Son muchos los co-padres que se desentienden de sus obligaciones, por el simple hecho de estar pagando una manutención.
El dinero solo aborda las necesidades económicas, mientras que las emocionales quedan a la deriva, generando inconformismo tanto en los hijos como en el otro padre. Esto no deja que la relación familiar sea sana y beneficiosa para todos, por ello es fundamental estar inmerso en la vida de los hijos, tal y como si estuviera viviendo con ellos.
Se debe sacar el mayor tiempo posible para compartir, escuchar, aconsejar, estar presente en fechas importantes y alivianar el peso de la otra parte. Recuerde que la lista de obligaciones de la madre, quien por lo general es la que convive todo el tiempo con los niños, es de nunca acabar.
Aunque lo hacemos con amor, también necesitamos espacios para nosotras mismas. Así que el padre también debe hacerse cargo de asistir a reuniones y eventos escolares, realizar tareas, llevarlos al médico, ir de compras, etc.