La obesidad no es solo un tema de adultos, cada vez son más los niños que padecen esta este problema de salud y que interfiere seriamente con su calidad de vida. Por ello es de suma importancia que los padres o tutores a cargo esten al pendiente de sus hábitos para que estos sean saludables, empezando con el ejemplo. Tratando de que la alimentación sea de calidad pero al tiempo llamativa y deliciosa para ellos, así como realizar actividades para que puedan mantener el cuerpo en movimiento.
1-Reduce el tiempo frente a las pantallas
En esta época es bastante común que los niños pasen la mayor parte de su tiempo libre frente al televisor o celular, lo que provoca un estilo de vida sedentario y esto no es beneficioso para la salud de ninguna persona, ya que aumentan la posibilidad de tener sobrepeso u obesidad. Trata de limitar el uso de estas herramientos de 1 a 2 horas máximo, en su lugar crea espacios divertidos para que disfruten de su etapa jugando o realizando algún deporte que les llame la atención.
2-Limita los productos poco saludables en la cocina
Es importante que cuando vayas al supermercado adquieras alimentos nutritivos, ya que si llevas otro tipo de productos es más probable que los consumas al estar presente la tentación. Trata de llenar el refrigerador con frutas y verduras listas para consumir, deja las golosinas para situaciones especiales, recuerda que no necesariamente tienes que prohibirlas, pues son niños y también necesitan variar su menú de vez en cuando.
3-Asegurate que duerman bien
El sueño de calidad es necesario para que el cuerpo funcione adecuadamente, muchas investigaciones han relacionado las pocas horas de sueño con el aumento de peso tanto en niños como en adultos. La falta de sueño provoca somnolencia en el día, por lo que están menos activos.
Incluso puede alterar las hormonas que controlan el apetito, haciendo que se sientan más hambrientos. Crea rutinas para que se duerman temprano de acuerdo a su edad, por lo general los niños menos de 5 años deben dormir 11 horas y al menos 10 horas hasta los 10 años, a partir de allí con un mínimo de 9 horas.
4-Desarrolla hábitos alimentarios saludables
Recuerda que una buena alimentación debe incluir muchas frutas, verduras que le proporcionan infinidad de vitaminas y minerales. También productos integrales, productos lácteos bajos en grasas, carnes magras de aves y pescado, así como legumbres para obtener proteínas. De igual manera tenga en cuenta las porciones, ya que los niños no necesitan la misma cantidad de calorías que los adultos, por lo que el plato debe ser más pequeño.
5-Incluye esos hábitos saludables para toda la familia
El ejemplo es la mejor forma en la que puedes enseñarle a los niños sobre cualquier cosa, ya que de nada sirve hablarles sobre hábitos saludables cuando nadie consume alimentos de calidad con frecuencia o se levanta del sofá. Por lo que si quieres que se alimente bien y esto lo mantenga a medida que crecen, todos en el familia deben adoptar esos mismos hábitos sin excusas.
6-Enseña a comer despacio
El momento para disfrutar de los alimentos debe ser único, así que evita cualquier distracción y enséñale a comer despacio tanto con palabras como en el ejemplo, ya que debes involucrarte en sus rutinas. Pues esto mejora la digestión y su relación con la comida, de igual manera fomenta el comer solo cuando tenga hambre.
7-Intenta preparar platos divertidos
Recuerda que los niños son más receptivos a los juegos que a cualquier otra cosa, por ello trata que sus platos sean llamativos en cuanto a los colores y formas. Incluso puedes vincular una historia para despertar su curiosidad y despertar el interés por estos alimentos nutritivos. De igual manera crea recetas diferentes para que consuman sus verduras sin que puedan darse cuenta y salgan de la monotonía.
8-Construye relaciones tempranas con alimentos saludables
Es importante que desde edades tempranas le ofrezcas a tus hijos la oportunidad de experimentar los sabores de diferentes alimentos, entre los que se destacan las frutas y las verduras. Trata que los platos sean lo más natural posible para que disfruten del sabor real y así puedan seguir teniendo hábitos alimentarios saludables a medida que van creciendo.
9-Incorpora actividad física divertida
El ejercicio es fundamental para mantener un peso saludable y mejorar las condiciones de salud en general, trata que los niños esten activos para reducir el tiempo sedentario. Por ejemplo puedes crear actividades familiares en las que se invite a estar en movimiento pero no a través de ejercicios tradicionales. Intenta con salir a pasear el perro, salir al parque, montar en bicicleta, saltar la cuerda o algún juego creativo en el patio.
10-Beber abundante agua
Al igual que el sueño, la correcta hidratación es fundamental para que el cuerpo funcione bien a lo largo del día. Además puede ayudar a favorecer la saciedad y sustituir el consumo de bebidas azucaradas que son tan adictivas y perjudiciales para la salud de cualquier persona. Por ello no te olvides de empacar agua en su mochila cada vez que salga de casa, así como tenerla a la vista en el refrigerador.
11-Preparar bocadillos saludables
Proporcionar meriendas de calidad requiere que las prepares en casa, ya sea para que las disfruten allí o las lleven al colegio, así reduces la posibilidad de que consuman productos cero nutritivos. Haz uso de la creatividad para crear alimentos deliciosos, prueba con chips al horno de banana o manzana, muffins con su fruta o vegetal favorito, palitos de verdura con alguna salsa cremosa casera, sándwiches, etc.
12-Ofrecer un desayuno completo
Recuerda que esta en la primera comida del día y una de las más importantes, por ello evita darles cereales refinados en donde la calidad nutricional se ve alterada. Opta por alimentos integrales, entre los que se destaca la avena, trigo integral o centeno, también reduce el consumo de embutidos. Un buen desayuno debe ser balanceado, proporcionar energía así como ayudar a favorecer la saciedad.
13-Cocinar los alimentos de forma saludable
La forma en la que preparas los alimentos también influye al momento de mantener un peso saludable, por ello limita las frituras y los rebozados. En su lugar aumenta la preparación de recetas al vapor, al horno o de forma tradicional al cocinarse en agua. Así también puedes crear platos deliciosos.
14-Mantener buena comunicación
El diálogo es la base para crear lazos fuertes en la familia, ya que la salud emocional es parte fundamental a la hora de querer que mantengan hábitos saludables. Además al comunicarse de manera frecuente podrás saber que le gusta y que no, que quiere probar en la semana, pues su opinión es fundamental para se sienta a gusto con lo que está consumiendo.
15-Crear el mejor ambiente para cada comida
Entre más agradable sea el tiempo en el que se relaciona con la comida, mayor será su interés, aquí es importante que puedan comer en familia y en un ambiente amoroso. Es decir el evitar temáticas que puedan crear un conflicto durante el desayuno, almuerzo o cena. También invítalos a cocinar contigo, así logran desarrollar diferentes habilidades y son protagonistas de su propio plato, por lo que es poco problable que se nieguen a comerlo.
16-Experimentar nuevos sabores
También es importante ofrecerle al niño variedad de sabores, colores y olores para que pueda disfrutar de las diferentes opciones que ofrece la naturaleza y no conformarse con unos cuanto alimentos que puedan llegar a aburrir. De igual manera recuerda que los menús deben ser equilibrados, es decir que deben comer de todo un poco pero de forma ordenada.
17-Evita dietas drásticas
Los excesos no son buenos para nadie y menos para los niños, entonces evita a toda costa dietas que reducen considerablemente la cantidad de los alimentos o que cambian la alimentación de manera sorpresiva, si ya existen problemas con el peso se debe acudir al médico para que evalúe la situación y los pasos a seguir. Recuerda que se encuentran en crecimiento y por lo tanto necesitan obtener los nutrientes necesarios.
18-Aprovecha al máximo la etapa de lactancia
Ofrecerle a tu hijo el consumo de leche materna durante sus primero 6 meses le ofrece los nutrientes necesarios para su desarrollo y crea lazos afectivos importantes. Lo que también puede ayuda a reducir el riesgo de obesidad infantil, así como complementar su nutrición durante el primer año de vida.