No necesitas una artillería de brochas para crear maquillajes perfectos con unas cuantas brochas bien escogidas será suficiente, aquí tienes una guía básica para aprender a utilizarlas y sacarles el máximo provecho.
Brocha para base: Para lograr un acabado profesional, da pequeños toques en la frente, párpados, nariz, mejillas y barbilla extiéndela la base con movimientos hacia fuera y hacia arriba. Con esta brocha podrás cubrir manchas e imperfecciones de la piel.
Brochas para corrector: Las brochas tipo cepillo son las más indicadas para aplicar y difuminar los correctores líquidos ya que su forma ovalada y alargada permite alcanzar zonas difíciles del rostro.
Brocha para sombras: Para aplicar la sombra en el párpado móvil, en la zona de la banana y debajo del arco de la ceja. Se usan 2 brochas de diferente tamaño por si queremos aplicar más o menos cantidad de producto.
Brocha para labial: De tamaño medio / grande, puede ser biselada o redondeada y debe tener el pelo suave y largo para difuminar bien el polvo.
Brocha biselada: Esta nos funciona muy bien cuando necesitamos delinear nuestros ojos.
Brocha para rubor: El ancho de la brocha, debe encajar con el pómulo, lo que facilita la aplicación del rubor, resaltando el área de la mejilla y difuminando el producto con un efecto ligero y muy natural.
Brochas para el contorno: Las brochas de doble punta son muy útiles para contornear, ya que el extremo biselado puede usarse para esculpir y el redondeado para aportar luminosidad.