¿Sabías que la ansiedad a menudo va acompañada de una sensación de agotamiento?. La ansiedad es ese sentimiento de miedo ante situaciones estresantes o por la forma en la que piensas en dicho evento. Cuando se siente una amenaza el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales liberan hormonas que te preparan para luchar o huir, por lo que es muy probable que experimentes varios síntomas en todo tu cuerpo.
Entre ellos una espiración rápida, la frecuencia cardíaca acelerada, dolor en el pecho, boca seca, mareo, náuseas, tensión muscular e incluso diarrea. Gracias a la cantidad de hormonas y la intensidad de estos síntomas, es muy probable que después te sientas bastante agotado. En la mayoría de los casos es suficiente con una buena noche de sueño para recuperarse, pero en otros casos esta sensación no desaparece tan rápido como quisieras.
¿De qué manera se ve afectado tu cuerpo?
La ansiedad no solo logra que te sientas sin energía por un tiempo, también hace que no puedas conciliar el sueño o te despiertes en medio de la noche por las preocupaciones y al otro día te sientes con más agotamiento. Recuerda que la exposición crónica a la ansiedad y el estrés tiene efectos negativos sobre la salud a largo plazo.
Tu memoria y juicio puede verse deteriorados, aumenta el riesgo de problemas cardíacos, conduce a trastornos del estado de ánimo y afecta tu sistema gastrointestinal. También interviene en la función de tu sistema inmunológico. Un estado de ansiedad y angustia a largo plazo se ha relacionado con síndrome de fatiga crónica, esta es una condición en la que te sientes muy cansado sin importar cuánto tiempo dediques a descansar.
¿Cómo contrarrestar el cansancio?
Existen algunas formas sencillas que pueden ayudarte a combatir el cansancio, para que logres mantenerte saludable tanto física como mentalmente. Si después de ello no obtienes ninguna mejoría, lo recomendable es acudir con un especialista que pueda evaluar la situación, emitir un diagnóstico y darte el tratamiento adecuado.
1-Cuida de tu alimentación
Trata de elegir alimentos integrales, por lo que deben ser lo menos procesado posible. Aumenta el consumo de verduras, frutas, proteína magra, nueces, semillas y carbohidratos complejos, de manera que te puedan proporcionar energía sostenible. Evita las grasas saturadas y los productos con altos niveles de azúcar.
2-Revisa tu rutina de noche
Seguir algunos pasos a la hora irte a la cama puede facilitar el sueño profundo y reparador. Intenta crear un espacio fresco y tranquilo para descansar, así que asegúrate de que exista una buena ventilación y aléjate de las pantallas. También controla la cafeína antes que llegue la noche y establece una hora exacta para acostarse.
3-Incluye la meditación
Las técnicas de relajación puede ayudarte a calmar la mente, al tiempo en el que regula tu respiración, incluso reducen la cantidad de la hormona del estrés en el torrente sanguíneo. Dedica algunos minutos a la meditación.
4-Realiza actividad física regular
El ejercicio es el complemento a la buena alimentación. No solo te ayuda a mantener un peso adecuado, también reduce el riesgo de muchos problemas relacionados con la salud, entre ellos la ansiedad. Te permite estar más alegre, optimista y promueve el sueño reparador. Lo mínimo recomendado son 30 minutos al día.
5-Tenga cuidado con la medicación
Por ningún motivo debes consumir productos que prometen ayudarte a dormir mejor o que promuevan la relajación sin la autorización médica, ya que puedes poner en riesgo tu salud. Solo el personal capacitado sabrá si en realidad tus síntomas justifican un tratamiento con medicamentos para la ansiedad.
6-Busca el apoyo de un profesional
Acudir con un terapeuta es otra gran opción, ya que esta persona te ayudará a identificar cuáles son los desencadenantes de tu ansiedad. Además, te enseñará a desarrollar algunas habilidades para afrontar la situación sin que te genera tanta ansiedad y por el contrario conduzca a una mayor relajación.