El amaranto se clasifica como un pseudo cereal, lo que quiere decir que no es un grano de cereal como la avena o el trigo, pero si comparte varios nutrientes y se usa de manera similar. Tienen un sabor terroso y a nuez que complementa bien con diferentes platos. Gracias a su versatilidad, el perfil de nutrientes y que es naturalmente libre de gluten, se considera un producto beneficioso y por ello ha ganado bastante popularidad en los últimos años. Lo mejor es que lo puedes disfrutar en tus desayunos, meriendas, almuerzos o cenas sin ningún problema. Aquí encontrarás algunas de las razones para querer incluir con frecuencia este alimento en tu dieta saludable.
Propiedades del amaranto
El amaranto es rico en proteína, fibra y varios minerales. En una taza de 246 gramos de amaranto cocido puedes encontrar 251 calorías, 9,5 g de proteína, así como 46 g de carbohidratos y 5,2 g de grasa saludable. Se destaca por ser una fuente manganeso, superando las necesidades diarias con una sola porción, que es importante para la función cerebral. También aporta magnesio, fósforo, hierro, selenio, cobre, necesarios para la salud en general.
Este grandioso alimento contiene antioxidantes encargados de ayudar a proteger el cuerpo contra los radicales libres, que son compuestos capaces de dañar las células y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. De acuerdo con la investigación es rico en ácidos fenólicos, que son compuestos vegetales con efecto antioxidante, lo que protege contra enfermedades cardíacas y el cáncer. Aunque este efecto es mayor en el amaranto crudo.
¿Por qué el amaranto es bueno para la salud?
Incluir amaranto en la dieta puede llegar a ser provechoso para el organismo en diferentes aspectos. Puede ayudar a reducir la inflamación, aunque esta es una respuesta normal del cuerpo para protegerse de infecciones o lesiones, al volverse crónica trae consigo diferentes problemas de salud. Entre los que se encuentra el cáncer y trastornos autoinmunes. Sin embargo, hacen falta más investigaciones para determinar cuáles son los posibles efectos en humanos, ya que hasta el momento solo existen algunos estudios probeta y en animales.
Es una gran opción cuando se trata de promover la pérdida de peso, por lo que si este es tu objetivo deberías pensar en incluirlo dentro de una dieta saludable y estilo de vida más activo Esto se debe a que es rico en proteína y fibra, lo que puede aumentar la saciedad, logrando reducir la ingesta de calorías en el día. Además lo pueden consumir quienes sufren de enfermedad celíaca, ya que no contiene gluten. Consumir gluten causa una respuesta inmune en el cuerpo que desencadena varios síntomas como es la hinchazón, los gases y la diarrea. Otros de los posibles beneficios que se le atribuyen al consumo de amarando es reducir los niveles de colesterol.
¿Cómo incluir amaranto en la dieta?
Existen diferentes formas en las que puedes preparar y disfrutar el amaranto, por ejemplo muchos recomiendan que antes de cocinarlo se debe sumergir en agua y dejar que los granos germinen de 2 a 3 días. Esto hará que los granos sean más fáciles de digerir y descomponer todo aquello que pueda afectar la absorción de minerales. A la hora de cocinarlo mezcla el agua con amarando siguiendo la proporción 3:1. Déjalo hervir, luego reduce el fuego para continuar con el proceso de cocción 20 minutos más, de modo que alcance absorber toda el agua.
Agrega amaranto a tus batidos para que sean una comida completa, otra opción es usarlo como sustituto del arroz, el cuscús o la tradicional pasta. También lo puedes mezclar en guisos y variedad de sopas para obtener un espesor, quizás desees convertirlo en un buen desayuno para iniciar tu mañana al combinarlo con fruta picada, un poco de canela en polvo por encima o algunas nueces, así como se logra apreciar en la imagen de muestra.