5 cosas que debes saber si sufres de ansiedad

Algunas personas hemos experimentado ansiedad en determinados momentos de nuestra vida. Antes de una entrevista importante, al enfrentarnos a dar un discurso en público o a la hora de presentarnos a un examen o prueba importante para nuestra carrera, por poner algunos ejemplos. En estos casos suele ser algo normal reconocer un cierto grado de ansiedad en nuestro cuerpo y por lo general admitimos que estamos “algo nerviosos” ante situaciones importantes o difíciles, sin embargo, cuando esta sensación no es una emoción aislada, sino que está presente en gran parte de nuestro día a día, significa que algo no va del todo bien.

Para muchas personas la ansiedad es sinónimo de temor a lo desconocido y este estado se acompaña de forma recurrente del miedo a la crítica por parte de los demás y a una pérdida de confianza en sí mismo y en las propias capacidades para enfrentar diversas situaciones.

Cuando la ansiedad se convierte en una parte más de sus vidas, las personas no son conscientes, al principio, de su facilidad para “cruzar el límite” entre experimentar una ansiedad pasajera y adecuada al contexto, y el constante temor de enfrentar situaciones que para los demás resultan fáciles o comunes. Por otro lado se suma el miedo a sufrir una crisis de ansiedad, que deriva muchas veces en el aislamiento y la paranoia y lleva a la persona a evitar circunstancias que podrían propiciar cursar un estado ansioso.

La ansiedad, cuando progresa y no se controla puede originar trastornos como la agorafobia, que consiste en tener miedo a experimentar situaciones embarazosas que le puedan provocar ansiedad o ataques de pánico (miedo a vivir una crisis en un lugar público, a desmayarse, a perder el control, a hacer el ridículo, etc…) lo que a la larga se traduce en un problema para realizar actividades de la vida cotidiana.}
Cuando este mecanismo de reacción se vuelve un problema, lo más probable es que se haga un diagnóstico de trastorno de ansiedad y se recomiende un tratamiento farmacológico y cognitivo-conductual para ayudar a la persona a manejar los síntomas que provoca la ansiedad y evitar anticiparse a la posibilidad de sufrir crisis de ansiedad.

Para quienes viven ya esta situación y trabajan a diario por superar la ansiedad, queremos mencionar cinco cosas que no deben olvidar.

1.- NO ESTÁS EXAGERANDO

Foto: misremedios

Quienes lo ven desde fuera podrían decirte “relájate” cuando estás en plena crisis de ansiedad o temiendo cursar un episodio ansioso. Claramente, si tu pudieras relajarte, lo harías. Pero resulta que cuando experimentas ansiedad tu cuerpo activa automáticamente unos mecanismos de respuesta al estrés. Puede que la situación a la que está dando esta respuesta no sea para nada estresante, vista desde fuera, pero tu organismo la ha percibido de esta manera y no duda en reaccionar de la única manera que sabe. Conforme vas conociendo este trastorno y comienzas a aceptar que debes trabajar personalmente en cómo enfrentarlo, sabrás sobrellevar también las opiniones ajenas y “disculpar” a quien te dice que exageras o que relajarte es algo muy sencillo.
Acepta lo que estás viviendo y procura aplicar las técnicas que te proporcionan los especialistas en los momentos que la ansiedad comienza a elevarse. Los demás no tienen por qué entender este proceso, así que no te desanimes por sus comentarios u opiniones.

2.- NO ESTÁS SOLO

Foto: desansiedad

Una de las peores ideas es la sensación de esta solo y que nadie se pone en tu lugar. Esto no es así. Hay millones de personas que están pasando por lo mismo, ya sea comenzando a experimentar la ansiedad en sus vidas, cursando el camino para superarla o que ya han podido obtener completamente el control sobre esta enfermedad. Habla con ellos, apóyate en sus experiencias y en sus historias. No estás solo en esta batalla y comentar tus vivencias con quienes han pasado por algo similar es una manera de avanzar en el camino hacia tu bienestar. Puedes encontrar muchos blogs , foros y grupos en redes sociales que hablan sobre el tema, o también asistir a grupos y asociaciones dedicadas a esta problemática que seguro te servirán como de apoyo para continuar venciendo la ansiedad.

3.- NO ES SÓLO MENTAL

A pesar de estar clasificada como un trastorno de salud mental, la ansiedad se asocia a muchos síntomas fisiológicos como mareos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, adormecimiento en los brazos o dedos y taquicardia, dolor de cabeza, problemas de sueño por nombrar algunos. La gente que experimenta estos síntomas, comúnmente, no los asocia a un trastorno de salud mental. Muchos visitan al médico de cabecera preguntando por otro tipo de patologías antes de dar con el verdadero diagnóstico. Por ello, no es raro que muchas personas convivan ya con un trastorno de ansiedad y no sean conscientes de ello. Así, que si tienes dudas acerca de si los malestares que nombramos anteriormente pueden provenir de un aumento de tu estado de ansiedad, pregunta al médico y que te diagnostiquen. Hay soluciones, entonces…¿por qué esperar?

4.- TU ANSIEDAD TE ESTÁ DICIENDO ALGO

Como hemos dicho anteriormente el estado de ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante las amenazas o situaciones de estrés. Un trastorno de ansiedad no se desarrolla de la noche a la mañana, sino que va asentándose lentamente y por lo general comienza en la época de la adolescencia o juventud, teniendo momentos más altos que otros y acrecentándose sobre todo en los periodos de estrés. Aunque no siempre se es consciente del momento preciso en que comienza a forjarse el trastorno de ansiedad y sus causas no pueden especificarse, por lo general este trastorno empieza a crearse a partir de alguna experiencia o etapa estresante en la vida de la persona.

La preocupación excesiva por el día a día, el miedo a que las cosas salgan mal y la ansiedad generalizada antes las situaciones cotidianas pueden ser una señal de estar llevando un ritmo de vida que no es beneficiosos para ti. Es probable que estés desempeñando muchas obligaciones a la vez y esto te agobie; puede que hayas puesto demasiadas expectativas en un objetivo y temas no alcanzarlo; o puede que exista una situación personal, laboral o familiar delicada que no eres capaz de enfrentar y solucionar.
La ansiedad que experimentas podría ser síntoma de todas esas pequeñas cosas que no has podido controlar a lo largo del tiempo y que al final se han ido acumulando: un estilo de vida ajetreado, una manera poco asertiva de enfrentar los problemas, no saber aceptar los cambios importantes o problemas en la relación con los demás son ejemplos de ello.
Intenta identificar los factores que pueden influir en el aumento de la ansiedad y podrás trabajar de manera más eficaz para superarlo.

5.- TÚ PUEDES CONTROLARLO

ansiedad

Aunque muchas veces creas que no, tu puedes tomar el control de tu vida. Es crucial que trabajes para cambiar tu percepción de las cosas y modifiques tu estilo de vida. Por ello saber identificar las causas de tu ansiedad podrá ayudarte a dar con la cura.

Cambiar tu estilo de vida, tu alimentación, tu relación con los demás y la manera en la que te hablas a ti mismo son factores que supondrán un paso adelante en tu camino hacia el control de la ansiedad. La terapia te ayudará a conocer lo que te está pasando, sus causas y consecuencias…pero la única persona capaz de controlar y cambiar tu vida eres tú.

Es posible aprender a distinguir las emociones y controlar las situaciones que pueden provocarte estrés. La ansiedad puede seguir siendo una parte de tu vida, pero no tiene por qué ser la principal. No puedes darle el control de tu manera de actuar, sentir y pensar.No es fácil, pero es posible. Da pequeños pasos diariamente y recuerda que eres totalmente capaz de superar las dificultades que se te presentan en este camino.

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