¿Cuántas veces has oído decir que comer hidratos de carbono (bocatas, pasta, arroz, patata…) por la noche engorda mucho? Seguro que más de una. Pero la verdad es que, en general, no aporta ni más ni menos calorías que hacerlo por el día.
El hecho de que los hidratos engordan mucho o poco depende más de lo que se coma durante todo el día. Y la clave, más que en la hora a la que se toman, está en no pasarse con la cantidad.
El organismo usa los hidratos para reponer las reservas de glucógeno (la “gasolina” del cuerpo). Y solo si estas están llenas transforma lo que sobra en grasa. Y eso sucede a cualquier hora. Así, si en el día has tenido mucha actividad física y si no has comido muchos hidratos, no pasará nada por cenarlos.
Mucha gente está convencida de que se tiene que dejar de comer hidratos cuando se está a dieta, y asocia los carbohidratos solo con el pan, la pasta, el arroz, los dulces o las bebidas azucaradas. Pero hay otros productos, ricos en hidratos de carbono complejos, mucho más saludables. Aparte de en cereales y legumbres, también se encuentran en verduras y hortalizas, así como en las frutas.
No todos los hidratos son iguales. Opta por legumbres, cereales integrales, verduras o fruta. Y evita harinas, cereales refinados y azúcares (dulces, bollos…).
Versión integral. Tienen más fibra, sacian más y se absorben más lentamente. Ten cuidado porque lo que llaman “integral” a veces no es tal y solo lleva una pequeña cantidad de harina integral. Qué no te la cuelen: fíjate en el etiquetado, la harina integral debe ser el primero de la lista de alimentos.
Pasta y arroz. Los absorberás más lentamente y los picos de azúcar en sangre serán menos marcados si no los cueces demasiado y dejas que se enfríen antes de comerlos, ya que así su almidón se hace resistente.
Según un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), cuando los hidratos de carbono se consumen por la noche hacen que nos sintamos más saciados al día siguiente, que comamos menos y que perdamos peso. Pero recuerda, todo depende de la actividad física que realices y de lo que comas durante el resto de la jornada. Así que si vas a estar todo el santo día plantada en la silla, suelta ese plato de macarrones por el bien de tu cintura.