Prepararse adecuadamente para un entrenamiento riguroso va más allá de simplemente llegar al gimnasio o ponerse las zapatillas. La preparación previa juega un papel vital en determinar tu energía, eficiencia y los resultados que obtendrás. Si deseas saber cómo prepararte adecuadamente y los errores que debes evitar antes de una sesión, continúa leyendo. En este artículo, desglosaremos lo que deberías y no deberías hacer antes de ejercitarte. Así, estarás en la mejor posición para lograr tus metas. ¡Vamos a ello!
Antes de entrenar:
Alimentate bien
Una alimentación equilibrada es esencial para maximizar tu rendimiento. Enfócate en un menú que combine carbohidratos, proteínas y grasas beneficiosas. Los carbohidratos complejos, como los provenientes de granos enteros, frutas y verduras, te brindan energía duradera. Las proteínas, encontradas en carnes magras, huevos, yogur y alimentos vegetales, contribuyen a la reparación muscular. Y no olvides las grasas buenas, como las de aguacates y frutos secos, para una energía sostenida. Come entre 1 y 3 horas antes de tu entrenamiento y evita comidas pesadas para facilitar la digestión. La elección adecuada de alimentos, las proporciones y el momento de comer son fundamentales para mejorar tu energía y eficiencia.
Haz ejercicios de calentamiento:
Un buen precalentamiento es fundamental en cualquier rutina de ejercicios. Te prepara muscular y cardiovascularmente para la actividad que realizarás. Incorpora estiramientos y movimientos que simulan tu entrenamiento. Si vas a correr, considera ejercicios como elevar las rodillas, dar patadas suaves al aire y balancear las piernas.
Una buena hidratación es la clave
Estar bien hidratado es crucial para tu rendimiento. Haz un hábito el tomar agua regularmente durante el día. La falta de hidratación puede derivar en calambres, fatiga y disminución de resistencia. Procura beber agua 2-3 horas antes del ejercicio y mantenerte hidratado durante tu rutina, especialmente si se extiende por más de una hora.
Enfoca tu mente en tus metas:
Previo a tu sesión, dedica tiempo para enfocarte mentalmente en lo que deseas lograr. Visualiza tu entrenamiento con precisión y confianza. Adopta técnicas como la respiración profunda, meditación o incluso música inspiradora para ayudarte. Esta preparación mental te brindará más motivación, concentración y potenciará tu rendimiento.
Evita esto antes de entrenar:
Pensamientos negativos
Enfrentar tu entrenamiento con una perspectiva negativa puede ser un gran detrimento para tu desempeño. Las inseguridades y el autocuestionamiento pueden drenar no solo tu motivación sino también tu energía y concentración. Rechaza el diálogo interno desfavorable y evita las comparaciones con otros. Es vital que te enfoques en tu evolución personal y celebres cada avance, por más pequeño que sea. Cultiva una actitud optimista y valora los beneficios que implica trabajar en tu bienestar físico.
Comer en exceso
Ingerir alimentos en grandes cantidades justo antes de ejercitarte puede causar pesadez, incomodidad y problemas estomacales. Tu organismo requiere energía para procesar la comida, por lo que entrenar con el estómago repleto redirige la circulación sanguínea lejos de los músculos, lo que afecta tu desempeño. Dale a tu cuerpo tiempo adecuado para digerir antes de entrenar. Opta por una comida ligera con carbohidratos y proteínas 1 a 3 horas antes del ejercicio. Si buscas un aporte energético rápido, elige snacks fáciles de asimilar, como una pieza de fruta o un batido proteico.
Deshidratación
Entrenar sin estar adecuadamente hidratado puede comprometer tu rendimiento y aumentar el riesgo de problemas de salud por calor. La deshidratación obstaculiza la termorregulación y la eliminación adecuada de residuos de tu sistema. Es esencial no comenzar tu rutina en un estado de deshidratación.
Los hábitos que adoptas previo a tu entrenamiento juegan un papel esencial en tu desempeño y en los resultados que alcanzas. Al poner en primer plano una alimentación correcta, un buen calentamiento, la correcta hidratación y una mentalidad positiva, optimizas tu preparación pre-entrenamiento y te dispones al éxito. Así que, ¿cuál es tu fórmula para una sesión de ejercicio impecable?