Cómo evitar el sobreentrenamiento

El sobreentrenamiento es una condición que los deportistas suelen desarrollar después de un entrenamiento prolongado o muy intenso. Mucho más grave de lo que cree, el sobreentrenamiento puede causar tanto daño a una persona hasta el punto de llevarlo hasta la muerte súbita.

Por eso, siempre es útil enfatizar la importancia de prevenir al máximo que este problema se desarrolle para que, además de optimizar los resultados, puedas disfrutar de una mejor calidad de vida a través del ejercicio. Precisamente porque puede ser una situación por la que puedas pasar o que esté afectando tu salud, hemos preparado algunas recomendaciones. Sigue estos consejos para evitar llevar al límite tu cuerpo y sobre esforzarte. Estos tips son sencillos, pero cuando se aplican correctamente, serán fundamentales.

Pero antes, ¿qué es el sobreentrenamiento?

Es mucho más que un cansancio extremo (fatiga), se caracteriza por cambios en varios puntos de la vida diaria y del estado físico de una persona.

Por lo general, el sobreentrenamiento es un estado tan severo que no ocurre de la noche a la mañana, sin importar cuán intensa sea su práctica del deporte. En otras palabras, ocurre después de meses de entrenamiento y fatiga muscular sin tomar un descanso importante o tomar las debidas precauciones para evitarlo.

Esto se trata de cruzar límites, tanto así que incluso se obliga a la persona a abandonar la práctica de actividad física o a detenerla por largos periodos debido al alto riesgo que implica el sobre entrenarse. Esta situación es muy difícil de revertir, lo que puede llevar meses o incluso un año.

Entre los primeros síntomas del desarrollo de un estado de sobreentrenamiento se encuentran:

  • Falta de apetito.
  • Pérdida del sueño e insomnio.
  • Cansancio extremo y falta de coraje.
  • Dificultad para respirar.
  • Irritación.
  • Falta de concentración.
  • Dolor de cuerpo.
  • Desarrollo de lesiones agudas o crónicas.
  • Apatía (un síntoma asociado con la depresión).
  • Deshidratación.
  • Enfermedades frecuentes (gripe, resfriados, virus), debido a una caída en el sistema inmunológico.

1- Establece un proceso

Debes establecerte pequeñas metas durante un período de tiempo hasta que las alcances una a una y así subir de nivel. Obviamente, un proceso de entrenamiento puede ocurrir de innumerables formas y maneras que dependen de los objetivos y necesidades de cada persona.

Lo importante al hacer ejercicio periódicamente, es que puedes beneficiarte de muchas maneras, no solo al lograr tu última meta (adelgazar, por ejemplo) sino que también aprenderás habilidades como la coordinación, elasticidad, concentración, etc.

Todo esto le dará a tu cuerpo una variedad de actividades y enfoques, no estará obligado al hacer siempre lo mismo, siempre de la misma forma.

2- Agenda tus días de entrenamiento

Mucha gente pregunta: ¿cuántas veces a la semana es mejor entrenar? Sin embargo, esta es una pregunta muy relativa.

Esto se debe a que, dado que cada persona tiene necesidades y respuestas individuales, no podemos decir que exista una regla sobre el número de días de entrenamiento por semana.

Algunas personas pueden llevarse muy bien con el sistema de entrenamiento 3 x 2, lo que significa que entrenan los lunes, martes, miércoles y el fin de semana, y vuelven a entrenar la semana siguiente los jueves y viernes. Esta metodología da tiempo de recuperación al cuerpo.

Analizar correctamente todos los aspectos individuales de cada persona, es esencial para que pueda seguir un programa de entrenamiento adecuado. Esto reduce la probabilidad de sobreentrenamiento.

3- Evita el entrenamiento excesivo

El entrenamiento ideal se basa en ejercitar tus músculos con la máxima estimulación en poco tiempo. Sin embargo, no existen reglas sobre cuánto debe durar tu sesión de un día o la cantidad de series, repeticiones, ejercicios, etc.

Sin embargo, para la mayoría de las personas, un entrenamiento de 40 a 60 minutos es suficiente. Durante este tiempo, puedes realizar varios tipos de repeticiones y peso, que difieren según el sistema que estés utilizando y su frecuencia.

4- Consigue apoyos complementarios para tu proceso

Después de una dura rutina semanal de entrenamiento, nada mejor que acostarte y que te consientan con un masaje relajante deportivo, esto ayuda a que el tejido muscular se recupere más rápido y mejor.

Otra opción es darle variedad a tu cuerpo entrenando diferentes disciplinas en la semana, puede ser una vuelta en bicicleta, nadar, trotar o lo que tu prefieras. También puedes consumir, según recomendación médica, suplementos nutricionales que puedan brindarte un apoyo en tu proceso de entrenamiento. La proteína es esencial durante procesos de musculación.

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